domingo, 30 de mayo de 2010

Deutschland über alles



Quién iba a decirlo. Mucha gente (incluido yo) pensaba que esto iba a ser una Corinada, y al final Lena ha conseguido el primer premio de Eurovisión 2010 para Alemania. Pero no quiero adelantar acontecimientos, a pesar de que estos úlimos días han pasado muy rápido. Ya estoy de vuelta en Barcelona, después de diecisiete días en Noruega, pero voy a retomar la narración en el punto en que lo dejé, el lunes 24.

Como ya comenté, los dos primeros días en Oslo fueron un contraste brutal con los días anteriores. Del trajín del viaje pasamos a la calma chicha. Como ya comenté, el lunes no me apeteció ir al Euroclub, pero aproveché la noche para descubrir otros encantos de Oslo, y puedo decir que me quedé sorprendido gratamente, con la alegría que los noruegos abrazan a los extranjeros -literalmente- sobre todo si son morenos de piel. Pero esto es lo único que puedo contar de aquella noche, aunque debo decir que a partir de ese momento empecé a ver Oslo de otra manera.

El martes fue el momento de empezar a hacer turismo por Oslo. A parte de volver al palacio dende Haakon y Mette-Marit hacen sus cositas, volví por los jardines y la zona noble de la ciudad. También aprovechamos la mañana para visitar la Nasjonalgalleriet, donde se expone el cuadro más famoso de Noruega, Skriek, el Grito de Edvard Munch. Me encantó estar un momento a solas delante de un cuadro tan famoso, tan robado y tan encontrado. El resto del museo fue bastante interesante, sobre todo la sala de impresionismo europeo. Muy recomendable.


Por la tarde nos apresuramos a volver al hostal ya que teníamos que prepararnos para la primera semifinal de Eurovision 2010. Hubo un poco de tensión antes de llegar, ya que decidimos ir en uno de los shuttles para la prensa acreditada, pero por mucho que esperábamos en el SAS Radisson, no llegaba ningún autobús, y tampoco tenía la certeza de que me fueran a dejar subir sin estar acreditado. Al final todo salió bien: llegó un autobús y nos metimos todos a la carrera. Alfons y yo entramos por la parte de atrás, para evitar que nos preguntaran. En el autobús íbamos con la presentadora del MF 2010. Aproveché para echarle un conjuro de vudú para que Suecia quedase eliminada...

La semifinal en si estuvo muy bien. No era tan mala como algunos la pintaban, y pocas sorpresas hubo. Eslovaquia, una de mis favoritas quedó fuera, y Rusia, inevitablemente se clasificó. Finlandia me gustó mucho en el pabellón aunque al final no pudo ser. Gané la porra con 9 aciertos, empatado con Jon. Nuestros premios fueron una cena con el de Polonia, y una cena con la de Malta, ambos eliminados. Posteriormente pude hacerme una foto con ambos, los cuales siempre iban juntos a todos lados... La aftershow party de la primera semifinal fue la primera vez que fui al Smuget, el euroclub de este año. El sitio era bastante pequeño, pero daba la sensación de ser una discoteca. Había mucho ambiente, en el amplio aspecto de la palabra. No tenía intención de volver tarde, pero eran pasadas las tres de la mañana cuando entraba por la puerta del hostal.

El miércoles se inició con una nueva jornada turística, y al mediodía llegaron dos de los integrantes de la expedición alicantina, Jose y José Ramón. Aparte de un poco de turismo, lo primero que hicimos fue visitar el Deli de Luca, con sus maravillosos calzones y su deliciosa lasagna al peso (que no al pesto). Como buenos alicantinos, tuvieron la feliz idea de comprar dos botellas de litro de Absolut en el duty free del aeropuerto, así que la noche del miércoles fue la primera gran noche memorable de Oslo. Entre alcohol, risas, cervezas, y surrealistas versiones de clásicos eurovisivos interpretados por Femminem -destacando la versión que hicieron de Bandido- transcurrió la noche a toda velocidad y antes de que nos diéramos cuenta, nos tiraron del local, mientras ya amanecía en Oslo.

El jueves era el día de la segunda semifinal, y probablemente el día más estresante de todo el viaje. Es el día en el que llegaba el Wau para iniciarse en el mundillo de Eurovisión. Tenía previsto coger el avión a las 14.45, llegar a Oslo a las 18.20, y dirigirse al Telenor Arena para disfrutar del show. Pero todo lo que podía salir mal salió, su vuelo se retrasó 40 minutos, cogió el tren equivocado hacia Oslo, las puertas del Telenor las cerraban a las 20.15. Sin embargo, la fortuna estaba de nuestro lado, ya que el Wau consiguió colarse en un shuttle de la organización, y llegó al Telenor apenas unos minutos antes de que cerrasen las puertas. Al final todo el estrés se desvaneció en un momento, y tuvimos un momento gracioso con la cantante de Georgia. Esa tarde, mientras esperábamos fuera del recinto, me dieron (más bien me agencié) una banderita de Georgia. Cuando iba corriendo a recoger al Wau a la zona de shuttles me crucé con la cantante de Georgia, la cual quiso hablar conmigo al ver la banderita de su país. Por el estrés que llevaba pasé totalmente de ella, y seguí mi loca carrera al aparcamiento de autobuses. Cuando la cosa estuvo más calmada, me volví a encontrar con ella, y esta vez sí que me paré a hablar con ella, felicitarla por su canción y desearle mucha suerte.

La semifinal transcurrió sobre ruedas, en buena compañía y con la clasificación de Georgia -mi país de adopción esa noche- y la eliminación de Suecia. La tercera noche en el euroclub fue magnífica, y fue todo un acierto llevarme la banderita de Georgia. Me hice pasar por georgiano y ligué lo indecible esa noche, jaja. Gracias Sakartvelo!!!!!! Nuevamente eran pasadas las tres y media de la mañana cuando abandonábamos el euroclub.

El viernes por la mañana acompañé a Esteban a la reunión de presidentes de OGAEs. La reunión fue bastante aburrida, y a ratos absurda, porque se trata de conciliar mentalidades y formas de ver las cosas muy diferentes entre sí. Daneses y griegos no combinan, por mucho que se quiera. Como propuesta personal, creo que OGAE Andorra debería estrechar sus lazos con OGAE Portugal, ho ho ho.

Por la noche fuimos a ver el ensayo general de la final de Eurovisión 2010. Yo compré el ticket a última hora, y en una sección fufu, pero como la suerte estaba de mi lado, conseguí que dos asientos que estaban cerca de los de Alicante se quedasen vacíos y pude ponerme en un muy buen sitio. Lo mejor de la noche fue el ensayo que hicimos del flashmob, que conformaría el intervalo del ESC10. La noche acabó en el Euroclub, y nuevamente salimos del recinto a altísimas horas de la madrugada, amaneciendo ya en Oslo.

Y por fin llegó el día grande. El día de Eurovisión. Todo transcurrió tan deprisa que me cuesta ponerlo por escrito: la llegada al Telenor, la gente disfrazada, las banderas, nuestra bandera, la animación, las canciones, el intento de sabotaje de España, poder ver a España cerrar un festival de nuevo aunque no le tocase, la votación, la ganadora... Dedicaré un post específico a lo que pienso de la ganadora, pero así para resumir, estoy muy contento con el resultado.

Y como en una historia sin solución de continuidad, esta mañana ha llegado el momento de las despedidas, de un vuelo de tres horas a casa y de empezar a fantasear con ir al festival de Alemania 2011. Pero eso ya es otra historia.

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