It's the final countdown, nanananana
La cuenta atrás ha comenzado. En apenas unas cinco horas entraremos en el mítico 17 de diciembre. Ya me caen 35, y no lo llevo muy bien. Otros años no me ha importado tanto, pero este lo llevo mal. Y eso que puede ser que me vayan a hacer el mejor regalo posible. Esta noche lo confirmaré, aunque todo apunta a que sí.
Las últimas horas de los 34 no se puede decir que sean muy memorables. El trabajo me absorbe casi toda mi jornada, y menos mal que ahora Jordi está pasando unos días en casa, así al llegar a casa la rutina se altera un poco. Tenemos tantas cosas de qué hablar.
Mañana será la hora de rendir cuentas a estos últimos doce meses, con sus cosas buenas, sus cosas regulares y sus cosas malas. Ha habido de todo, como en botica, pero pienso que ha primado lo bueno.
Esta noche va a ser bastante decisiva en un tema importante en mi vida, y que últimamente está requiriendo toda mi atención y no es el trabajo. Precisamente hablando de trabajo, como siempre, he dejado para última hora el pase de vestuario para la fiesta de mañana. No sé si habrá algún pantalón que me entre. Ya me veo mañana corriendo a última hora para comprar algo que me entre. Y si no, como este año voy a tener un papel bastante menos destacado en la fiesta del trabajo que el del año pasado (afortunadamente), puedo pasar más desapercibido con un look más casual. Aunque la gente se está preparando para ir de tiros largos...
Yo de momento, voy a acabar unas cosas en la oficina y me marcho al Prat. ;-)