sábado, 5 de junio de 2010

Los países de Zakumi

Zakumi con los ganadores, y no, no hay lata con bandera de España

Lo malo de ser un obsesivo compulsivo es que cuando empiezo una colección quiero terminarla enseguida, y si no lo consigo, me frustro. Puede ser uno de los motivos por los que sea un frustrado compulsivo. Cuando era pequeño tenía una genial colección de pitufos de goma que no ha resistido el paso del tiempo. También coleccionaba cromos, y a pesar de ser un niño insoportable sólo conseguí terminar la colección de los Pequeñecos.

Más adelante en mi vida he ido coleccionando otras cosas, algunas más satisfactorias que otras, pero en general sigo sin completar ninguna. Sobre todo porque últimamente me oriento hacia colecciones que son imposibles de completar, como por ejemplo, los Playmobil, que es imposible tenerlo todo, así que me he concentrado en series particulares, y aunque me gustan todas, me quedo con piratas, magia, castillo encantado, victoriano y en general, cualquier cosa que caiga en mis manos.

Ayer empecé una colección nueva, y esta sí que me está yendo bien. Se trata de la colección de 7 latas de coca-cola zero con la imagen de Zakumi y la bandera de uno de los países que han ganado el Mundial de Fútbol en alguna ocasión. Ayer en el trabajo inicié la colección con Francia. Hoy he aprovechado la compra para encontrar la lata de Brasil y Argentina. Sólo he cogido una de cada, y no soy el único, ya que había montones de paquetes abiertos, ya que la gente también hace la colección. Esta tarde, como he tenido que volver a ir a comprar, he ido a otro lado a ver si pillaba alguna lata más, y voilà, en el Keisy estaban las de Uruguay y Alemania. Sólo me quedan por conseguir las de Italia e Inglaterra, pero ya caerán.

De momento, sigo fastidiado con la contractura, ya que hoy me ha vuelto a dar fuerte. Ayer no me tomé la pastilla para evitar las pesadillas que estoy teniendo últimamente, pero sin éxito, porque también la tuve. Hoy he resumido el tratamiento para ver si consigo quitarme el dolor antes de empezar las vacaciones de Fogueres 2010.

viernes, 4 de junio de 2010

Lost and forgotten

Peter Nalitch, una luz para aquellos que están Lost and forgotten

Desde hace unos días, estoy teniendo un momento Antonio. De ser una de las canciones que peor puntuación le di en la junta de evaluación pre-eurovisiva, Lost and forgotten, ha pasado a ser una de las gemas del ESC 2010. Es una de las últimas en incorporarse a mis cds, pero simplemente es que he tardado en pillarle el tranquillo. Y en buena parte ha sido por el buen hacer de Peter Nalitch, el vocalista.

Nos dice la wikipedia, que Peter nació el 30 de abril de 1981 en Moscú, aunque de familia bosnia. Se hizo famoso en su país por su inconfundible estilo alternativo y vanguardista. Prefiere cantar en su inglés roto porque le da la gana. Otras craciones suyas están a la vanguardia musical, como la canción Yeti, que está dedicada a un yeti solitario. Dio el salto a la fama desde internet hasta llenar estadios, y el pasado 29 de mayo representó a su país de adopción en el Telenor Arena. Finalizó en 11º posición, cosechando 90 puntos entre los abucheos del público -incluido los míos, pero ya sabéis que me gusta abuchear-. Estoy seguro que a partir de ahora se hará famoso en otros países de Europa, porque ¿quién no se ha identificado alguna vez con la triste letra de Lost and forgotten?

Y antes de que vayáis a pensar, esta repentina querencia por Peter Nalitch no tiene nada que ver con las pesadillas que me está provocando el Myolastán. Hace tres días que lo tomo, y las tres últimas noches han estado pobladas de pesadillas. El medicamento te deja relajados los músculos, pero el cerebro sigue funcionando a todo ritmo. Sólo me acuerdo de la pesadilla de anoche: estábamos en un festival de Eurovisión que se celebraba en Bielorrusia, y habíamos alquilado un coche. Como en esos países hay tanta mafia, habíamos conseguido alquilar un coche de gama alta, un BMW, concretamente, y nos disponíamos a poner el papel del parquímetro cuando nos aborda la policía bielorrusa y nos acusa de querer robar el coche. Nos llevan presos a un cuartelillo bielorruso y nosotros intentamos desesperadamente la ayuda de la embajada española, que nunca llega. Al final me he despertado a las tres de la mañana, agobiado por la situación.

jueves, 3 de junio de 2010

El surrealismo del ESC 1990

A estas alturas todos sabéis que mi afición por el festival viene de 1990, cuando participaron las inimitables Azúcar Moreno, en Zagreb, y como por esa época yo ya empezaba a salir por la "zona", me lo dejé grabando. Ese fue el germen de una afición que ha culminado en momentos como los que viví el sábado pasado en el Telenor Arena. Por cierto, que en Semana Santa visité con Encarni los lugares míticos de la "zona" donde ya no queda ni rastro de locales míticos como "Queché", "el Cubalitrón", "4.70", "Trocco", "La Selva" y tantos y tantos otros. Claro que en la puerta de "El Núcleo" vivimos una experiencia paranormal, una puerta que se abrió como invitándonos a volver a la década de los 90, como si fuésemos Rose cuando vuelve al Titanic después de estirar la pata.

Volviendo a 1990, y entroncando con la pereza que me abruma esta semana, he encontrado dos vídeos de youtube que claramente están hechos por gente a la que le sobra el tiempo:



Esta es una canción que casi todo el grupo de los eurofrikis tiene en su punto de disparo. Pero como nunca nos ponemos de acuerdo, siempre hay uno que impide el consenso. En este caso soy yo. Sí, lo admito, me gusta Musik klingt in die Welt hinaus. Y viendo este vídeo con esos ponis tan coloridos y animados es imposible que le sigáis teniendo tanta manía.

Otra frikada es la versión Mi pequeño pony de Fri. Seguro que con esta versión ni hubiesen quedado últimos:



Y en cuanto a mi contractura, la cosa va mejorando. He pasado de Robocop a ir ligeramente tieso. Me sigo tomando las pastillas, sólo una por la noche, ya que provocan una somnolencia brutal, y aunque me llamen por teléfono ni me entero.

martes, 1 de junio de 2010

Contracturado

Hoy estaba más chafado que las pobres mariposas bielorrusas tras su actuación en el Telenor

Cuando pensaba que ha había superado el peor día de la vuelta de las vacaciones... me he despertado hoy con una enorme contractura muscular que no me dejaba moverme apenas. Era un dolor intenso y punzante que havía que estuviese dolorido si estaba sentado, si estaba acostado, si estaba de pie. Os podéis hacer una idea del dolor que tenía si os digo que esta mañana no he podido ir a trabajar y en su lugar ¡¡¡he ido al médico!!!

No había pisado el CAP desde el 4 de febrero de 2008, cuando tuve aquél pequeño drama con el oído. Hoy he añadido mi cuarta visita al doctor. Como he ido de urgencias, me han tenido casi tres horas esperando a atenderme. Estoy en favor de poner un pequeño copago simbólico para descongestionar la sanidad pública. Menos mal que conforme ha ido pasando la mañana, el dolor ha ido remitiendo un poco, aunque sigue presente y me impide ciertos movimientos.

A pesar de pasar casi toda la tarde durmiendo, el dolor no ha disminuido, sólo cuando me he metido en la ducha, con el agua caliente cayendo por mi cuerpo turgente he sentido una pequeña mejoría. Hoy ha sido un nuevo día para olvidar, y un inicio penoso de mi mes favorito.

lunes, 31 de mayo de 2010

La rutina de la normalidad, o la tiranía del despertador


A veces, durante el viaje, tenía ganas de volver a mi rutina, pero no vayáis a pensar que me volvía loco por volver a mis tickets. No, lo que echaba de menos eran esos desayunos, esas comidas, mis nenas de la oficina. Pero hoy cuando ha sonado el despertador ha estado a punto de darme un yuyu.

Por fin he vuelto a coger mi Honda después de dos semanas parado, tenía ganas de volver a sentirme al volante de mi coche, nada de Hyundais ni Toyotas. La mañana en la oficina ha pasado muy lentamente, y no he sido especialmente productivo.

Por la tarde se han repartido los aumentos salariales para 2010. Nuevamente me he quedado sin él, y ya van dos años seguidos. Creo que voy a tener que hablar seriamente con el management, ya que estoy un poco desmotivado. Si a la pereza de volver del viaje y de vacaciones, se le añade lo de los sobres, ha sido un día para olvidar.

¿Seré que me estoy volviendo un agüelo? Primero me he olvidado de hacer una actividad a la que me había comprometido, con lo cual confirmo que ha sido un día penoso; luego, he ido a hacer la compra al Alcampo, pero no encontraba lo que quería, así que aunque ya tenía cosas en el carro, he decidido devolver todo a su estante correspondiente y no comprar allí. Como diría Mary Joe, manías de viejo.

domingo, 30 de mayo de 2010

Deutschland über alles



Quién iba a decirlo. Mucha gente (incluido yo) pensaba que esto iba a ser una Corinada, y al final Lena ha conseguido el primer premio de Eurovisión 2010 para Alemania. Pero no quiero adelantar acontecimientos, a pesar de que estos úlimos días han pasado muy rápido. Ya estoy de vuelta en Barcelona, después de diecisiete días en Noruega, pero voy a retomar la narración en el punto en que lo dejé, el lunes 24.

Como ya comenté, los dos primeros días en Oslo fueron un contraste brutal con los días anteriores. Del trajín del viaje pasamos a la calma chicha. Como ya comenté, el lunes no me apeteció ir al Euroclub, pero aproveché la noche para descubrir otros encantos de Oslo, y puedo decir que me quedé sorprendido gratamente, con la alegría que los noruegos abrazan a los extranjeros -literalmente- sobre todo si son morenos de piel. Pero esto es lo único que puedo contar de aquella noche, aunque debo decir que a partir de ese momento empecé a ver Oslo de otra manera.

El martes fue el momento de empezar a hacer turismo por Oslo. A parte de volver al palacio dende Haakon y Mette-Marit hacen sus cositas, volví por los jardines y la zona noble de la ciudad. También aprovechamos la mañana para visitar la Nasjonalgalleriet, donde se expone el cuadro más famoso de Noruega, Skriek, el Grito de Edvard Munch. Me encantó estar un momento a solas delante de un cuadro tan famoso, tan robado y tan encontrado. El resto del museo fue bastante interesante, sobre todo la sala de impresionismo europeo. Muy recomendable.


Por la tarde nos apresuramos a volver al hostal ya que teníamos que prepararnos para la primera semifinal de Eurovision 2010. Hubo un poco de tensión antes de llegar, ya que decidimos ir en uno de los shuttles para la prensa acreditada, pero por mucho que esperábamos en el SAS Radisson, no llegaba ningún autobús, y tampoco tenía la certeza de que me fueran a dejar subir sin estar acreditado. Al final todo salió bien: llegó un autobús y nos metimos todos a la carrera. Alfons y yo entramos por la parte de atrás, para evitar que nos preguntaran. En el autobús íbamos con la presentadora del MF 2010. Aproveché para echarle un conjuro de vudú para que Suecia quedase eliminada...

La semifinal en si estuvo muy bien. No era tan mala como algunos la pintaban, y pocas sorpresas hubo. Eslovaquia, una de mis favoritas quedó fuera, y Rusia, inevitablemente se clasificó. Finlandia me gustó mucho en el pabellón aunque al final no pudo ser. Gané la porra con 9 aciertos, empatado con Jon. Nuestros premios fueron una cena con el de Polonia, y una cena con la de Malta, ambos eliminados. Posteriormente pude hacerme una foto con ambos, los cuales siempre iban juntos a todos lados... La aftershow party de la primera semifinal fue la primera vez que fui al Smuget, el euroclub de este año. El sitio era bastante pequeño, pero daba la sensación de ser una discoteca. Había mucho ambiente, en el amplio aspecto de la palabra. No tenía intención de volver tarde, pero eran pasadas las tres de la mañana cuando entraba por la puerta del hostal.

El miércoles se inició con una nueva jornada turística, y al mediodía llegaron dos de los integrantes de la expedición alicantina, Jose y José Ramón. Aparte de un poco de turismo, lo primero que hicimos fue visitar el Deli de Luca, con sus maravillosos calzones y su deliciosa lasagna al peso (que no al pesto). Como buenos alicantinos, tuvieron la feliz idea de comprar dos botellas de litro de Absolut en el duty free del aeropuerto, así que la noche del miércoles fue la primera gran noche memorable de Oslo. Entre alcohol, risas, cervezas, y surrealistas versiones de clásicos eurovisivos interpretados por Femminem -destacando la versión que hicieron de Bandido- transcurrió la noche a toda velocidad y antes de que nos diéramos cuenta, nos tiraron del local, mientras ya amanecía en Oslo.

El jueves era el día de la segunda semifinal, y probablemente el día más estresante de todo el viaje. Es el día en el que llegaba el Wau para iniciarse en el mundillo de Eurovisión. Tenía previsto coger el avión a las 14.45, llegar a Oslo a las 18.20, y dirigirse al Telenor Arena para disfrutar del show. Pero todo lo que podía salir mal salió, su vuelo se retrasó 40 minutos, cogió el tren equivocado hacia Oslo, las puertas del Telenor las cerraban a las 20.15. Sin embargo, la fortuna estaba de nuestro lado, ya que el Wau consiguió colarse en un shuttle de la organización, y llegó al Telenor apenas unos minutos antes de que cerrasen las puertas. Al final todo el estrés se desvaneció en un momento, y tuvimos un momento gracioso con la cantante de Georgia. Esa tarde, mientras esperábamos fuera del recinto, me dieron (más bien me agencié) una banderita de Georgia. Cuando iba corriendo a recoger al Wau a la zona de shuttles me crucé con la cantante de Georgia, la cual quiso hablar conmigo al ver la banderita de su país. Por el estrés que llevaba pasé totalmente de ella, y seguí mi loca carrera al aparcamiento de autobuses. Cuando la cosa estuvo más calmada, me volví a encontrar con ella, y esta vez sí que me paré a hablar con ella, felicitarla por su canción y desearle mucha suerte.

La semifinal transcurrió sobre ruedas, en buena compañía y con la clasificación de Georgia -mi país de adopción esa noche- y la eliminación de Suecia. La tercera noche en el euroclub fue magnífica, y fue todo un acierto llevarme la banderita de Georgia. Me hice pasar por georgiano y ligué lo indecible esa noche, jaja. Gracias Sakartvelo!!!!!! Nuevamente eran pasadas las tres y media de la mañana cuando abandonábamos el euroclub.

El viernes por la mañana acompañé a Esteban a la reunión de presidentes de OGAEs. La reunión fue bastante aburrida, y a ratos absurda, porque se trata de conciliar mentalidades y formas de ver las cosas muy diferentes entre sí. Daneses y griegos no combinan, por mucho que se quiera. Como propuesta personal, creo que OGAE Andorra debería estrechar sus lazos con OGAE Portugal, ho ho ho.

Por la noche fuimos a ver el ensayo general de la final de Eurovisión 2010. Yo compré el ticket a última hora, y en una sección fufu, pero como la suerte estaba de mi lado, conseguí que dos asientos que estaban cerca de los de Alicante se quedasen vacíos y pude ponerme en un muy buen sitio. Lo mejor de la noche fue el ensayo que hicimos del flashmob, que conformaría el intervalo del ESC10. La noche acabó en el Euroclub, y nuevamente salimos del recinto a altísimas horas de la madrugada, amaneciendo ya en Oslo.

Y por fin llegó el día grande. El día de Eurovisión. Todo transcurrió tan deprisa que me cuesta ponerlo por escrito: la llegada al Telenor, la gente disfrazada, las banderas, nuestra bandera, la animación, las canciones, el intento de sabotaje de España, poder ver a España cerrar un festival de nuevo aunque no le tocase, la votación, la ganadora... Dedicaré un post específico a lo que pienso de la ganadora, pero así para resumir, estoy muy contento con el resultado.

Y como en una historia sin solución de continuidad, esta mañana ha llegado el momento de las despedidas, de un vuelo de tres horas a casa y de empezar a fantasear con ir al festival de Alemania 2011. Pero eso ya es otra historia.