lunes, 7 de diciembre de 2009

Memento


Memento Park en todo su soviético esplendor


El último día por tierras húngaras comenzó con un viaje al Memento Park. Es un extraño parque a las afueras de Budapest donde han confinado las pocas estatuas de la época socialista que sobrevivieron a la llegada del capitalismo. Si ya de por sí el gigantismo de las estatuas impresiona, lo visité un brumoso y gélido día, con lo cual la sensación de estar en un mundo gris, embarrado y triste se acentuó. Vale la pena visitarlo, me dio que pensar y fue uno de los pocos sitios donde me hice una foto.




Szechenyi en todo su esplendor - con el río bravo en la piscina de la izquierda

Y ya para despedirme de Budapest como se merece volví a los baños Szechenyi porque la experiencia lo valía. Además, al ser lunes por la noche había menos gente, y se podía disfrutar de todo con más tranquilidad, aunque españoles había a decenas. Eso parecía una reunión de "Españoles en el mundo". Aún así, había muchas familias con niños y parejitas. Se nota que para los húngaros, ir a los baños es un rito social.



Imagen de folleto turístico

domingo, 6 de diciembre de 2009

Gellert


 El puente de las cadenas y la estatua de la libertad, dos hitos turísticos de Budapest


 Mi segundo día en la capital húngara se dedicó plenamente al turismo en Buda. Teniendo en cuenta que en diciembre, anochece apenas pasadas las tres de la tarde, hay que darse prisa si se quiere disfrutar de los encantos de la ciudad de día. Hoy hubo innumerables visitas, pero destaco la subida al monte Gellert, donde casi sufro un espasmo de lo poco en forma que estoy. Menos mal que una vez arriba conseguí encontrar dos imanes de nevera espectaculares que me sirvieron para autoconvencerme que el tremendo esfuerzo físico había valido la pena.

Otras visitas incluyeron la estatua de Sissi, el hotel Gellert, el Palacio Real y el mercadillo de Navidad. También encontré un jardín dedicado a Europa donde había losas que se supone que marcaban todas las capitales europeas. Interesante fue que encontrase Andorra La Vella pero no Madrid, aunque la losa andorrana guardaba sorpresa.

Este fue otro maravilloso día descubriendo las bellezas de Budapest.