domingo, 13 de junio de 2010

El sendero de la memoria

La ermita de San Roque, testigo mudo de la memoria alicantina

Confieso que anoche no hice mucho por preservar mis neuronas destinadas a la memoria. Continuando con una feliz tradición de reciente creación, hubo quedada de eurofreakies alicantinos. Huelga decir que fue una noche fantástica, con muchas risas, cotilleos, planes para 2011... Modificamos un poco la ruta yendo primero a la china amiga, mientras por el centro se iba desarrollando la Entrada de Bandas 2010 y luego yendo a un pub que para mí era la primera vez. Como no podía ser de otra manera, desde que llevo mi nuevo look, atraje la atención de un par de personas, y salí del local con una mochila de coca-cola china, perfecta para mis futuros desplazamientos a la playa, un vaso y dos camisetas. La noche no podía dar más de sí.

Al final acabamos la noche el Wau y yo en un pub mítico de la noche alicantina, escuchando canciones de Eurovisión y contándonos confidencias y preparando planes de futuro. Tenía ganas de poder disfrutar de un momento asi. Califico, pues, la noche de rotundo éxito, en espera de las que vengan ahora por Fogueres.

Hoy he decidido tomarme el día de modo tranquilo, y después de holgazanear en casa y recuperar alguna neurona de aquellas que quedaron destruidas con el Eristoff negro de anoche, me he ido con Encarni de ruta tradicional por Alicante. Hoy nos hemos centrado en el Parque de la Ereta y en el barrio de San Roque como si fueramos dos turistas más. De hecho, durante el recorrido sólo nos hemos encontrado con turistas perdidos.

Parece mentira, pero la de rincones que hay por descubrir en Alicante. A pesar de ser una ciudad que ha arrasado todos sus monumentos, aún quedan cosas por ver. Hoy ha sido un día de reconciliación con la ciudad, de darnos cuenta de que no está todo perdido, y que lo que hace falta es una buena campaña de marketing que venda lo poco que nos queda. Hemos decicido que volveremos por nuestros pasos de hoy pero esta vez con la cámara de fotos para inmortalizar esos rincones que brotan de la Plaza del Puente y colgarlo todo en facebook.

Otra cosa que me ha sorprendido es la cantidad de gente que había paseando por Alicante un domingo por la tarde. Quizá es que como nunca he tenido esa costumbre no sabía lo que hacía la gente. Incluso me ha dado tiempo a ver a dos personas que conocí en el pasado pero en la época actual. Ambos con sus vidas hechas, y paseando con sus respectivas parejas... da que pensar.

Hemos acabado la tarde haciendo honor al turista alicantino, tomándonos un helado del Peret y paseando entre la miríada de gente que se aprestaba a participar en el Desfile del Ninot. Hoy ha sido un día de reconciliación con mi ciudad.

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