Conseguir pequeños objetivos

Hoy he comenzado la tarde bastante frustrado en el trabajo. Me han asignado un par de tickets a los que no le veía solución posible. Incluso durante la comida he estado pensando en el tema. Los que me conocen ya saben lo obsesivo que puedo llegar a ser con ciertas cosas. Sin embargo, conforme ha ido avanzando la tarde, con un poquito de mi parte, un poquito de ayuda y bastante suerte, he conseguido resolver un tema y creo que tengo el segundo bien encarrilado. Y esto sube mi autoestima, porque con golpes de suerte así, uno piensa que vale para esto del SAP y todo. Conseguir un objetivo a priori pequeño, pero no por ello menos inasequible, me ha dado ánimos para pasar una tarde de lo más divertida. Ahora, como en el famoso dicho, vendrá alguien a jo***la.

Anoche dormí a pierna suelta, y para variar, hoy no había quien me levantase, así que claro, tendré que esperarme hasta las 6 para poder salir del trabajo. Voy a volver a pegarme una buena caminata, y a intentar reservar para la cena del sábado. Como ya he desterrado las pizzas de mi dieta al menos durante un período de tiempo, me voy a zampar esos ravioli de sepia con salsa de almendras que están tan buenos y con los que a veces he soñado. (Aquí vendría que ni pintado el emoticono de las babas que me pasó Antonio en el MSN).

Un pensamiento especial para mi tío Antonio que está ahora con sus amigos los cirujanos. ¡Ánimo!