viernes, 8 de febrero de 2013

La olla express






Hoy he vivido una experiencia límite. Ahora me lo tomo a risa, pero podría haber sido algo dramático. Como muchos sabréis, vivo en un primer piso y tengo un pequeño patio interior donde suelo tender, y tengo un pequeño armario trastero.

Todo aquel que tenga un patio interior sabe que es común que a los vecinos "se les caigan cosas", con mayor o menor intencionalidad. Ya se sabe que en español las cosas "se caen solas", "se rompen solas", y nadie nunca interviene en estas acciones, como si una extraña providencia hiciera suceder las cosas.

El caso es que hoy, cuando he vuelto a casa, he entrado en el patio interior para tender la ropa y me he dado cuenta de que el vidrio separador entre mi patio y el del vecino había sufrido un golpe que lo había cuarteado. Vamos, tal y como se nos quedó el cristal delantero de nuestro coche georgiano en aquella estresante tarde de "autos locos" en la autopista entre Kutaisi y Tbilisi. Menos mal que el cristal está preparado para que no estalle, sino que solo se cuartee.

Investigando un poco con los vecinos, me he enterado que a un vecino del tercero se le ha caído un objeto por la ventana de la cocina, que ha impactado en el cristal para luego caer abollado en el patio del vecino. Se le ha caído una olla express. Repito... UNA OLLA EXPRESS!!!! Como os podéis imaginar, una olla express, encima llena de objetos en su interior (aún no identificados si eran comida u otros objetos) que caiga de un tercer piso lleva la fuerza suficiente como para haber podido causar una desgracia. Por eso os decía que ahora me lo tomo a risa, pero realmente podría haber desencadenado una tragedia. Aún no paro de darle vueltas a la cabeza sobre cómo puede habérsele caído a alguien una olla express por la ventana. ¿Es que estoy viviendo en Desengaño 21 y todavía no me he enterado? Veremos ahora quién se hace cargo de la reparación. Más información sobre el desarrollo del ollagate en los próximos días.

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