domingo, 25 de octubre de 2009

Vittroparty 2009


Algunos asistentes a la Vittroparty 2009 acabaron de esta guisa

Un día te aprestas para ir a una fiesta de cumpleaños. Una fiesta a la cual hay que llevar alguna cosa, lo que sea, pero no puede ser ni tortillas compradas ni bolsas de patatas, todo ello por no ser lo suficientemente glamouroso para el evento. Llegas a la fiesta, te pones un número identificativo, al cual pueden dirigir mensajes (sensatos, bromistas, escabrosos, sexuales,...) el resto de los asistentes al evento; pasas por el photocall y te pones a saludar a gente que no veías desde hace justamente un año. Empieza la fiesta y se suceden pruebas, concursos, sorteos, banderas, todo ello aderezado con música eurovisiva (antes en CD, ahora de "Espotifay"). La fiesta acaba con unos niveles de alcohol en la sangre considerables, con unas cuantas desbocaciones a la hora de enviar y recibir mensajes y un ligero sabor amargo a la frustración habitual. Sí, es la Vittroparty. Y ayer se celebró la edición de 2009.

Nuevamente Víctor tuvo a bien invitarnos a su fiesta, que esta vez era una mezcla de Gran Hermano, La Mejor Amiga de Paris Hilton y el Grand Prix del Verano. Diferentes pruebas se sucedían para elegir al Gran Hermano de Víctor. Debo decir que sólo presté una atención total en las dos pruebas primeras, antes de caer eliminado del concurso. Por estas cosas de la vida, salí capitán de uno de los equipos, y saqué a sorteo el resto de integrantes. Yo llevaba el número 49 y entre otros números, saqué el 9, el 29 y el 39. Como también había dos chicos con camiseta de rayas, éramos "el equipo de los nueves y los de rayas". Sí, así de original e improvisado. Enseguida se formó un ambiente de camaradería entre el grupo y rápidamente nos convertimos en el grupo más ruidoso, el que no para de animarse a sí mismo y convencerse de que va a ganar.

La primera prueba era eurovisiva, y consistía en clavar unas banderas en un corcho que hacía las veces de mapa de europa. Ni todas las banderas eurovisivas estaban, ni eran eurovisivas las que estaban. Momentos hilarantes se produjeron cuando algunos grupos insistían en poner la bandera de Bielorrusia en Portugal (claro que no había otra roja y verde), a Eslovenia en el mar, cerca de Islandia (si no hay nada allí), y a Malta en cualquier lugar en su sitio. El grupo que ganase la prueba ganaba también la inmunidad en las inminentes nominaciones que vendrían seguidas y que eliminarían ya a unos cuantos integrantes de la fiesta. Al final, mi equipo resultó ganador, tras tener que pasar por la prueba y por dos desempates (el segundo de ellos totalmente injusto porque ya había ganado el primero). El caso es que mi grupo ganó la inmunidad, y empezó lo divertido.

En la casa donde se celebraba la fiesta se había habilitado una habitación que hacía las veces de Confesionario. Allí había una chica con una cámara de vídeo grabando todo lo que la gente tenía que decir, entre otras cosas, las nominaciones. Una vez que el recuento estuvo hecho, todo aquel que tuviese alguna nominación se iba a la calle. Por haberse enfrentado de esa forma a mí, Jordi y Esteban salieron nominados como si fueran la Nagore y la Rebeca de la fiesta... A su favor diré que el 70% de los invitados cayeron en esta primera nominación.

Para la segunda prueba quise mantener a mi equipo unido, pero no fue posible. En la prueba tuvimos que escribir una poesía dedicada al cumpleañero. A pesar de que nuestra poesía era la más corta, la aderezamos con baile y coreografía, pero no fue lo suficiente para pasar de ronda. A partir de ahí me dediqué a disfrutar de la fiesta de otra manera. Y entre pruebas, nominaciones, eliminaciones, la fiesta transcurrió en un ambiente inmejorable. Ya estoy esperando la Vittroparty 2010.

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