domingo, 5 de julio de 2009

Laberinto de pasiones


Ayer volví al laberinto de Horta, esta vez con mi madre. Nada más llegar al aparcamiento, el remordimiento se apoderó de mí, ya que aún no he ido a recoger el título del CAP. Espero poder hacerlo sin falta en esta semana que entra. El laberinto sigue muy chulo, aunque se notaba que estamos en verano y no había tanta agua como en primavera.

El resto del domingo ha sido bastante tranquilo y pausado. Aprovechando los momentos de asueto y tratando de evitar el calor agostante, prácticamente no hemos hecho nada. Por la tarde acompañé a mi madre al tren y luego estuve un rato en la playa, para abrir la temporada de baño en la costa barcelonesa. Sin embargo, volví a constatar que las playas de Barcelona no valen nada y que como las pinadas de Alicante no hay nada. Pero como diría mi prima en aquel momento de lucidez: "Pues es lo que hay". Ante eso, sólo queda el punto en boca.

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