Lumière, el mejor personaje de La Bella y la Bestia
Fue uno de los musicales candidatos el año pasado durante nuestro viaje a Nueva York el año pasado, pero no consiguió superar el corte. Sin embargo, anoche llegó el momento de ver "La Bella y la Bestia" en el BTM. El musical está bien. Creo que fue exactamente lo que esperaba de un musical de Disney, tanto para lo bueno como para lo malo. Lo bueno es la escenografía, los trajes, las canciones, la coreografía. Lo malo es que el musical es idéntico a la película, por lo que en todo momento sabes lo que va a pasar. Y aunque en muchas ocasiones ya se sepa cómo va a acabar la historia es una cosa, pero que se sepa todo lo que sucede, con pelos y señales, es otra cosa.
De todas maneras, es un musical recomendable, más para niños que otra cosa, aunque tiene escenas que asustan a los más pequeños. El mejor número era, como no podía ser de otra manera, Qué festín o en su versión original Be our guest. Sucede casi al final de la primera parte, cuando Bella no quiere bajar a cenar por no encontrarse con la Bestia, y Lumière y la Señora Potts deciden darle algo de cenar. Lumière se inventa un número en la mejor tradición de Broadway que está muy bien trasladado a escena, con sus cubiertos, los platos, servilletas, el salero, y al final, una explosión de cintas doradas que caen en cascada sobre el público.
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