Es lunes por la mañana. Es festivo. Y nuevamente estoy en la oficina atendiendo al teléfono de Healthcare. Soy como Karola teleoperadora, sólo que mejor pagado. Si el fin de semana próximo será de agobio por toda la gente que tendré en casa más la que quiere venir desde Alicante a conocerme, este lo ha sido pero por la inactividad.
Como comenté en la entrada anterior, el viernes Dani nos ofreció una cena para inaugurar su piso. Lo pasamos muy bien, sobre todo porque me llevé la wii y le estuvimos dando un rato. Como siempre, el wii tenis triunfa allá donde va, y el de los conejos fue muy divertido también. Acabamos los festejos a eso de las 3 de la mañana, que para un viernes que para mi no fue festivo ya es bastante.
Ahora bien, sábado y domingo no he hecho nada, ni siquiera todo lo que tenía planeado del CAP. Voy con retraso, por muy Excel que me haya querido poner, aunque no todo lo retrasado que pudiese haber ido. A saber, lo de psicopedagogía ya está acabado. Hoy tengo que aprovechar la tranquilidad reinante en la oficina para acabar el diario de prácticas, entre workitem y workitem. Aparte de eso, poco más es reseñable, el sábado a las 23h ya estaba durmiendo y ayer me tiré toda la tarde durmiendo con un ataque de migraña de los de Eva. Pero luego me estuve hablando con Encarni hasta la 1 y pico de la mañana. Menos mal que había hecho esa super siesta...
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