martes, 10 de agosto de 2010

Fuga de cerebros


Alberto Amarilla, en su papel más divertido hasta la fecha

Mis planes para un nuevo punto de partida empezaron a tomar forma ayer. Estuve en casa de Sara y Marc, poniéndole algunos programas a Sara en su nuevo Sony Vaio blanco tórtola y ya de paso me quedé a cenar. Tuvimos que obviar el rato de la piscina porque no hacía una tarde para eso.

Por la noche, mientras cenábamos un pollito rebozado y una ensalada, con palitos de surimi como me gustan a mí, aprovechamos para ver la película Fuga de cerebros, que a priori parecía una españolada de 2008, en la tradición de American Pie y este género de películas.

Y aunque sí guarda alguna similitud, creo que no me reía tanto con una película desde hace mucho tiempo. Un friki, un paralítico, un ciego, un gitano y un gay en el armario se plantan en Oxford para ayudar a que el friki conquiste a la tía buenorra de turno. Situaciones inverosímiles a la par que divertidas se suceden una tras otra, y hay momentos en que hasta duele la panza de tanto reír. Fue buenísimo ver a Marc caerse del sofá de la risa en uno de los momentos cumbres de la peli - cuando el ciego conduce un autobús de dos plantas.

El elenco protagonista es responsable en buena parte de lo divertida que es la película. Destaco a dos en particular: a Alberto Amarilla, haciendo de Chuli, el ciego y al Chikilicuatre haciendo de padre del ciego y ciego a su vez. Alberto parece que sea ciego de verdad, con esa mirada extraviada y cargada de dulzura como si fuera la del Dioni. El Chikilicuatre en un papel que le pega más que ese que hizo en el escenario de Belgrado. También me gustó Blanca Suárez en el papel de ligue del Chuli, y ciega a su vez, y Loles León haciendo de madre española aterrizada en Oxford.

Si no la habéis visto, os la recomiendo encarecidamente. Que la veáis con más gente porque pasaréis un buen rato.

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