miércoles, 12 de mayo de 2010

Paseo y votaciones

Es hora de lucir palmito por Barcelona... o por Oslo

Hoy me he tenido que saltar mi paseo diario porque ya empiezo a notar la presión del inminente viaje a Noruega. Para variar, he salido tarde de trabajar, porque en plan ley de Murphy, hoy me ha pasado de todo, y he tenido una cantidad de trabajo brutal. Si encima añadimos que mañana es festivo en Alemania, por el día de la Ascensión, el caos es absoluto. Para rematar la presión, he decidido que hoy iría a cortarme el pelo, para estar presentable en Oslo. Con el objetivo de cambiar de sitio (ya que estaba harto de que me mojen cada vez que me lavan el pelo), y sin perder de vista el plan de ahorro general que tengo planificado (que ya le gustaría a Zapatero poder implementarlo en la economía del país), he probado la peluquería de la esquina de mi calle. Tenía muchas esperanzas puestas en ella, por eso de la cercanía, y de que daba la sensación de barrio. Pues no, no me ha gustado como me ha cortado el pelo y encima me ha soplado 12 euros. Por favor, si sólo tienen que pasar la máquina un poco... Seguiré buscando una peluquería que me apañe.

Por cierto, ya he votado en la elección popular sobre cómo quiero la diagonal. Se supone que el voto es secreto, pero es evidente lo que iba a elegir. Yo quiero que la Diagonal sea una rambla, como la que hay en el barrio, y que el tranvía llegue desde Diagonal Mar a Esplugues, para poder ir de mi casa al trabajo bien sentadito en el tranvía, que es un poco lento pero muy cómodo. Aún quedan varios días para votar, pero espero que salga la opción B.

En otro orden de cosas, ayer descubrí dos cosas:

cosa a) en la calle Diputació hay una juguetería de barrio que parece pequeña pero tiene ¡¡¡todas las novedades de Playmobil!!! y lo mejor de todo es que parece tenerlas a buen precio. Sólo me dio tiempo a ver el precio del Teatrillo de Guiñol, pero tener eso a 39€ ya se puede considerar un muy buen precio.

cosa b) por fin me pasé por Marc3 buscando el famoso cuadro de los Playmobil, pero la tienda no es ni una sombra de lo que fue. Ha pasado de un local inmenso en Rambla Cataluña a un local apañado en Diputació,  pero con poca cosa. Una pena.

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