Navegando por el fiordo de los sueños
Hoy ha sido un día agotador. Nuevamente teníamos contratada una excursión, así que nos hemos levantado al alba. Es un decir, porque aquí el alba es a partir de las tres de la mañana... Hoy no hemos podido disimular que estábamos dormidos hasta que se fuese el siniestro, ya que a las 8.40 comenzaba la excursión y aquí son extremadamente puntuales. Eso sí, conforme salíamos por la puerta, nos hemos despedido amablemente y no sin un toque de ironía. Lo hemos dejado haciéndose la maleta cuando hemos cerrado por la puerta confiados en que no lo volveremos a ver y en que la cama se quede vacía esta noche o al menos venga alguien interesante.
Como un viaje de este tiop es propenso a las casualidades, justo al coger el ascensor nos hemos encontrado con una persona conocida... la loca de Israel, que parece tener el don de la ubicuidad, ya que parece estar en todos los saraos. Al principio ha intentado acoplarse a nosotros, pero hemos conseguido esquivarlo.
La excursión ha comenzado puntual a las 8.40, hora en que hemos embarcado en un tren con destino a la pequeña población de Myrdal, en la provincia de Sogn og Fjordane, hacia el interior de Bergen. El tren iba cargado con turistas, de hecho la información se facilitaba tanto en inglés como en noruego, pero dudo que alguien hiciera caso a esto último. El tren que hemos cogido hacía infinidad de paradas por unos valles verdes y en ciertas partes aún nevados.
Una vez llegados a la estación de Myrdal, teníamos que cambiar de tren, y subir al Tren de Flam, o Flamsbana. Este es un tren principalmente turístico que representa una impresionante obra de ingeniería, ya que desciende un pronunciado desnivel desde Myrdal a Flam en apenas veinte kilómetros. Los paisajes, tal y como los describe la guía, y certificamos que así es, son dramáticos y pintorescos. Yo añado que eran abruptos y espectaculares, ofreciendo una traducción correcta para dramatic. El tren hace su recorrido entre agrestes montañas, surcadas de cataratas formadas por todo el agua del deshielo que busca su salida. En medio del camino el tren hace una parada cerca de una cascada de nombre tan impronunciable como el volcán islandés. Nada más parar el tren, una marabunta de turistas japoneses ávidos de la foto con la cascada se han lanzado sobre el mirador. Pero hemos sido más rápidos y hemos podido hacer nuestras fotos sin mayores problemas.
Después de una hora de viaje hemos llegado al pueblecillo de Flam, el cual no es más que tres o cuatro casas situadas en el fondo de un valle formado por impresionantes montañas, y ahora en el deshielo, cascadas de agua. En este pueblo, aparte de ver un museo dedicado al Flamsbana, hemos hecho nuestras primeras comprillas en Noruega. Nada importante, pero algún capricho que otro. Lo hemos podido financiar gracias a que la chica que nos ha servido los cafés tenía un día tonto, y nos ha cobrado menos de la mitad de lo que valen. Claro que no se nos ha ocurrido protestar.
Hemos tenido unas tres horas libres para ir arriba y abajo por el villorrio de Flam, intentando evitar las tentaciones de las cuatro tiendas (literalmente cuatro) que hay allí. Luego nos hemos sentado a tomar el sol, mientras venía nuestro ferry que nos llevaría de vuelta a Bergen. Sí, habéis leído bien, el sol. Porque menuda solana ha caído hoy. Otra vez estamos los tres colorados del sol. Y es que aparte de ropa de abrigo, falta nos hubiera hecho la crema protectora del sol. No es que no haga frío, en cuanto se va el sol o sopla el viento, mejor ir resguardado, pero si estás a pleno sol, pica. Y esto es lo que nos ha pasado hoy.
A las 15.30 hemos embarcado en el ferry y hemos puesto rumbo a Bergen. Teníamos por delante unas cinco horas de travesía por el Fiordo de los Sueños y por la costa oeste de Bergen. El ferry era de estos que en vez de tener varias cubiertas para que la gente haga fotos, es todo cubierto y tiene una pequeñita cubierta en la parte de atrás. Huelga decir que la mayoría de viajeros turistas nos hemos apelotonado en la parte de atrás, con la sana intención de navegar por el fiordo disfrutando del paísaje. Es más, había la típica pareja pija que todo lo sabe y en seguida se han encargado de agenciarse el mejor sitio en la cubierta. O eso pensaban ellos, porque en cuanto el ferry ha arrancado motores, una nube de humo tóxico ha ido directita hacia donde estaba esta pareja, Por un momento se han convertido en dos salmones ahumados tan típicos del país que nos acoge. Han resistido estoicamente la humareda, pero creo que hoy han acortado su esperanza de vida en al menos cinco años.
Nada más arrancar el ferry todo el mundo se ha lanzado en una loca carrera por ver quién era el que más fotos le sacaba al fiordo, claro que, la lógica y la realidad se han acabado imponiendo, y la gente ha ido desertando de la cubierta al verla velocidad que alcanzaba el ferry, que, dicho sea, era un express. En resumen, no había quién estuviese en la cubierta por el viento y el frio, salvo aquellos que resistían para hacer fotos. Entre ellos, había una señora de aspecto frágil, que parecía Miss Marple, y que en seguida ha entablado conversación con nosotros -claro que ya la conocíamos antes, ya que durante el trayecto en el Flamsbanna ha confundido a Esteban con uno de los que trabaja en el tren, porque su chaqueta lleva la palabra "crew" escrita detrás. La mujer nos lo ha contado absolutamente todo. Carles y Esteban han tenido que aguantarla estoicamente. Yo la he fulminado con la mirada la primera vez que me ha cogido por banda para contarme una tontería. Ya no me ha vuelto a hablar en todo el viaje, jaja, y ya es un logro, ya que esta mujer ha acabado hablando con todo el pasaje -tenía más de cinco horas para conocerlos a todos. En resumidas cuentas, esta mujer era lituana, tendría unos 70 años, y llevaba viajando por Escandinavia unas tres semanas. Nosotros creemos que se ha enamorado de Esteban, y por supuesto ya la hemos nombrado como su novia oficial del viaje. Hay pruebas gráficas de ello, ya os las pasaremos. Si la mítica Pepi de Valencia tuvo un austríaco, nosotros tenemos una lituana.
El resto del viaje ha transcurrido sin muchas incidencias. Como es un ferry turístico el capitán a veces aminoraba la marcha para que los viajeros pudieran sacar las fotos de rigor a los puntos más interesantes del recorrido -una cascada enorme, una estatua de un rey vikingo en la lontananza... El guión era siempre el mismo, el ferry iba a toda pastilla, de repente aminoraba la marcha, y entonces la gente salía en una estampida hacia la cubierta porque sabían que se aproximaba una foto-op. El resto del viaje ha transcurrido sin incidentes, salvo cuando hemos tenido que dar la vuelta en un pueblo, ya que había dos personas que no se habían enterado de qué parada era, y no habían bajado. Cuando el ferry ya se había alejado unos metros, ha tenido que dar la vuelta para dejar a los polizones. Aquí se ha producido un momento muy divertido, porque cuando se han dado cuenta de que el ferry tenía que dar la vuelta, ha hecho sonar la sirena, y dos japonesas que habían venido con nosotros pero que se habían bajado en el pueblo se han sentido aludidas y han empezado a pavonearse, a contonearse y a saludar, como si el barco les estuviera silbando cual obrero ante tía buena. A todo esto, Carles parece que sea del teléfono de la esperanza, porque atrae las conversaciones de completos desconocidos. Estoy seguro de que es su sonrisa lo que hace a los extraños hablar.
Hemos llegado a las 20.40 a Bergen, cuando ya estaba todo el mundo hasta el pirri de ver fiordos, casas casi encima del agua, cascadas, barcos, vegetación... En cuanto el ferry ha divisado el puerto de Stavanger, todo el mundo se ha lanzado como loco a la salida.
Esta noche hemos dado un avuelta por Bergen. Sigue anocheciendo tardísimo, pero al ser martes, y resaca del día nacional, no había mucho que hacer, así que tras el encontronazo de rigor con la loca israelí, hemos tocado diana de retiro. Mañana tenemos un coche alquilado para ir por las cercanías de Bergen a ver qué hay para ver.
2 comentarios:
quiero ver foto de la novia de Esteban!!!!!!! jajajajaja
sigue escribiendo, que me lo paso muy bien con vuestro viaje!
Un besito.
Estoy expectante al próximo capítulo... no tardes!!
JENNY...
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