Incluso los peores desastres pueden inspirar a artistas de la talla de tATu
Hoy hace siete años de la gran catástrofe ecológica que supuso el Prestige. Allá por el 2002, una tempestad, un barco no en el mejor de los estados y unas penosas decisiones tomadas por el Gobierno de la época se confabularon para que un carguero lleno hasta arriba de petróleo se hundiese en la costa gallega. Siete años después, el fuel sigue saliendo del pecio, y se corre el riesgo de que el casco del barco hundido acabe corroyéndose por la fuerza del mar y expulse todo el fuel que lleva dentro. El Prestige no deja de ser una bomba de relojería anclada en la costa gallega. ¡Nunca máis!
P.S: Para aquellos que no estén iniciados en la cliqué eurofreakie, y no reconozcan el título del post, simplemente comentar que es nuestra letra alternativa para la contribución rusa en el festival de 2003: Ne ver, ne bosja, ne prosi de las tATu.
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