Beit Alpha, símbolo de cuando los horóscopos todavía no salían en los periódicos
Hoy debería haber ido a la playa, para entretenerme mientras llegaba la hora de ver la gala de GH11, pero por motivos ajenos a mi voluntad he tenido que suspenderlo. En cambio, me he dedicado a chatear toda la tarde. Mmm, me hace pensar que las tardes de este invierno no pueden ser así. Por un lado no quiero apuntarme a nada que tenga que ver con estudiar, me niego a tener que estudiar un año más. El saber no ocupa lugar, pero sí que ocupa tiempo, y creo que de momento voy servido con lo que tengo. Por otro lado no quiero estar todas las tardes haciendo el perro... ¿por qué seré inmune a las endorfinas del deporte? Podría aprovechar las tardes de invierno para ponerme cachas, jaja.
Pero al tema. Hoy he estado hablando largo y tendido con Hans (no, el de GH no). Y ha salido en la conversación el tema del horóscopo. No soy muy creyente en estas cosas, sobre todo, en las predicciones del diario (generales y generalistas a más no poder) ni en las de las brujas de la tele, que dejan grabados programas para varios meses, así que menudas predicciones. Pero aún así, me gusta ser Sagitario. De la gente de este signo se dice que son independientes, creativos, aventureros, un poco solitarios... Creo que puedo cumplir todas las características. Es un signo de fuego y de cambio, entre el otoño y el invierno... Y España es un país de Sagitario, o eso dicen. Esto último no lo he comprendido nunca, pero así rezaba el título de un programa ochentero de la tele.
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