Desde San Adrián, te espero con los brazos abiertosAyer volví a ir a la playa de las chimeneas. Había estado rehusando el hecho desde el pasado 5 de julio. Y ciertamente no ir entre semana ha sido un error. Ayer, por primera vez desde que conozco la famosa playa que encontré un rinconcillo aislado y que me hizo sentirme bien. Salvando las muchísimas distancias que hay, es la única forma de tener un pequeño privé, envuelto de pirámides de hormigón. No se puede comparar a los Tussales, pero es lo que hay. Supongo que esta ordenación de la playa es nueva de este año, ya que cada invierno la playa cambia dramáticamente de forma con los temporales.
Ya apenas queda nada de la playa que conocí hará unos años, y supongo que el ayuntamiento de San Adrián no hará nada para recuperarla, sobre todo cuando transformen las Tres Torres en una biblioteca y en equipamientos para el barrio... Cuando llegue ese día, un nuevo reducto de naturaleza y libertad habrá desaparecido en esta Barcelona devota al turismo y a la especulación sauvage. Por eso que espero poder disfrutar del resto del verano tal y como lo hice ayer. Supongo que será difícil tener ese huequecillo todos los días, pero lo intentaré.
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