Lo que más me gusta es dormir como al tipo este
Aunque a decir verdad, ayer fue un día de poco baile y mucho dormir. La noche del miércoles fue larga, y no me fui a dormir antes de las 2.30 de la mañana. Nada que ver con las celebraciones del Barça, que se clasificó para su sexta final de la Champions. Aunque las calles del centro de Barcelona anexas a Canaletas estaban llenas de gente y de pringados con banderolas y haciendo ruido, yo me entretenía con otras cosas.
El caso es que ayer fue un día en el que me dormía por cualquier esquina, porque aunque no llegué a la hora del martes (6.45), a las 7.10 ya estaba tecleando (y haciendo la pausa de early-morning coffee con Eva). Eso sí, me desquité bien por la tarde pegándome una súper siesta de esas míticas mías, levantándome sólo entre las 21.30 y las 23.00 para cenar algo y luego continuar durmiendo.
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