Seguimos con la semana de pasión, pero es bastante raro porque como en Barcelona no hay las procesiones que hay en otros sitios (aunque me consta que algún paso hay), no parecería que estamos en la semana esta si no fuese porque hay mucha gente de vacaciones y no hay tráfico por las mañanas. Ojalá fuese así siempre.
Ayer estuvo lloviendo todo el día. Espero que este verano no nos vengan con la monserga de la sequía, porque desde mayo del año pasado está siendo un año climatológico como los de toda la vida, con un invierno invierno y con lluvia distribuida.
Por la tarde, quedamos con Mónica para contarnos nuestras cosas. Sorteando el aguacero que caía, nos metimos en una tetería-independentista-flautiperra que nos recomendó Mariángeles. En las paredes colgaban carteles flautiperros y otros independentistas, de insumisos condenados y demás. Las camareras llevaban rastas y sólo hablaban en catalán. Pero tenían bombón y una magdalena que estaba buena aunque un poco dura. Si te la tiro a la cabeza, no te la hubiese abierto, pero te hubiese dejado marca.
Cuando fue la hora de volver a casa, tuve que luchar de nuevo contra el viento y la lluvia. Las calles desoladas y remojadas. Es en noches como las de ayer cuando apetece estar en casa con alguien, no solo, pero en ese sentido no pudo ser. Quizá en otra ocasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario