La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¿verdad Gerard?
Ya lo experimentó Gwyneth Paltrow en la maravillosa película Sliding doors. Hay momentos en la vida en los que una pequeña decisión desata toda una serie de circunstancias inesperadas y a veces maravillosas.
Hoy he tenido un momento sliding doors. Siguiendo mi particular motivación de este verano, hoy me había llevado el hato con los trastos de la playa. Sin embargo, al ver el horrible día que había salido por Cornellà, pensé en que no valía la pena llegar a las Tres Torres. De hecho, me he salido en la autopista con intención de ir a casa. Sin embargo, en el último momento he girado y me he dirigido hacia la playa...
Y hete aquí que hoy hubiese podido cambiar mi vida de la manera más inesperada; en el tema más peliagudo de todos. No ha podido ser finalmente, porque me falta confianza en mí mismo y en lo que puedo llegar a ser capaz de obtener. Es decir, me ha faltado el momento Dahlberg que tan buenos frutos me dio este fin de semana. Pero lo importante es que gracias a mi momento Sliding doors, he abierto ligeramente una puerta que me gustaría abrir del todo. ¿Será quizá mañana el día?
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