Queridos lectores. Muchas gracias por haberos preocupado de mí estos días. Es cierto, estoy jodido, pero curiosa es la vida, ya que te quita y te da, te pone en bretes y de algunos se sale incluso con una pirueta.
En el terreno personal, acumulo un nuevo desastre. Realmente no sé si debería llamarlo así. De hecho, muchas veces durante este tiempo me he autoconvencido de que lo que estaba pasando no era malo per se, sino producido por las circunstancias. Infeliz de mí. Uno puede engañarse a sí mismo, pero al final todo acaba saliendo. Aunque haya sido un pequeño golpe bajo en mi autoestima, uno tiene que poner en la balanza, con la cabeza lo más fría posible, lo que me aportaba y lo que me perjudicaba. Alguno habrá que piense que el balance es fruto del despecho, pero creo que por primera vez, no es así. Cierto es que el balance de estos días no ha sido positivo. Vaya eso por adelantado. Por eso tengo que interiorizar lo que he querido negar tantas veces. Me ayudará. Por eso, me dedico una frase de la que estoy orgulloso: "las amistades bellas requieren de tiempo y voluntad". Pues eso.
En otros terrenos, también ha habido momentos caóticos, como el momento fuga de agua hacia la oficina de abajo. Insisto en mi postura, para algunas cosas tengo muchos bemoles, pero para otras, que algunas personas pensarán que es una absoluta idiotez, a mí me supone todo un mundo. Todo este tema de fugas de agua, bañeras, pisos, seguros me estresa y me supera. Y justo cuando todo parecía tan negro que mi pequeño baño iba a perder su encanto para siempre, la suerte se ha aliado de mi parte y todo se ha encarrilado con el menor de los daños posibles. Curioso símil, como mi vida personal. Puede que ahora tenga un boquete en el alma, tan grande como el que tengo en el comedor, pero el día llegará en el que el paleta correspondiente tape el hueco y pinte la pared.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. No quiero ni puedo perder la esperanza. Mi futuro me espera.
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