Panellets de piñones, una delicia que resiste el envite de Hallowe'en
No, no os vayáis a pensar que me ha entrado el arte de la cocina como si fuera ciencia infusa y me he puesto a hacer panellets. No. Los panellets los trajo ayer Jordi a casa ya que los había hecho él. Eso cuadra un poco más con la realidad.
Esta mañana me he pegado un madrugón de órdago. Creo que no recordaba haberme levantado tan pronto en un domingo por la mañana en todo 2009. Pero la ocasión lo merecía, ya que he llevado a Jordi al aeropuerto para que cogiese su vuelo a Tel-Aviv. De vuelta, me he parado en la terminal vieja del aeropuerto a ver si podía resolver mi conflicto pendiente con Easy Jet. Afortunadamente he conseguido localizar el kioskito de la aerolínea, a pesar de la dejadez y el desinterés de la gente que trabaja en Información del Aeropuerto de Barcelona. Quede aquí constancia de mi queja. El caso es que en el kioskito me han tomado los datos necesarios que me faltaban y me han dado una carta de confirmación de vuelo. Al llegar a casa aún me salía el mensaje de error en la web, pero esta vez he podido rellenar (de nuevo) los datos que faltaban. De todas maneras me llevaré todos los documentos posibles por si acaso hay algún problema con el vuelo. Que ir a Ginebra parece ser que puedo ir, pero volver, eso no lo tengo tan claro.
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