Hoy se cumple el segundo día de huelga de transportistas. Como siempre, y para no perder la costumbre, los piquetes "informativos" han perdido los papeles y se dedican a sabotear todo. ¿Dónde están los mossos cuando se les necesita? Ah sí, poniendo multas. En fin, el caso es que la histeria se ha adueñado de la gente, y como si estuviésemos en una guerra la gente se ha lanzado a llenar el depósito del coche y a comprar al súper. Por la gasolinera tendré que pasar antes o después, pero me da un poco de pereza hacer esas súper colas. Lo que presencié ayer en el súper fue patético. Estanterías vacías y gente peleándose por una bandeja de hamburguesas... nunca pensé que fuera a ver esto. No sé qué haremos el día que estemos en guerra y haya racionamiento de verdad. ¡Cómo se nota que nos hemos criado en una sociedad de opulencia! Yo mientras tanto sigo tirando de lo que tengo en casa. Mis tallarines con guisantes se han convertido en el plato de la semana. Ya he comido 3 veces seguidas, y esta noche me vuelve a tocar lo mismo. Mañana ya no, y el viernes volveré al súper a reponer la nevera si es que la gente ha dejado algo.
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