Es mío, mi tesoro!!!
Esta Navidad está siendo bastante atípica, por no decir extraña. A situaciones no vividas desde hace mucho tiempo, se une un fin de semana de extraña celebración de mis 35 años. El viernes, empezó con la fiesta de la empresa, en un garito que debe de estar de moda últimamente entre lo más joven de Barcelona, pero que a mí no me convenció nada. Como siempre, a la hora de salir hubo el consabido caos en el guardarropía, aunque al menos, este año no intentamos sacar chaqueatas con tickets del área de Guissona como el año pasado.
El sábado fue un día de celebración diferente, rematado con una cata de whisky en Sitges. En la cata un camarero nos enseñó diversas formas de combinar el whisky y luego aprendimos a hacer un cocktail. Repetirlo ahora sería un poco difícil, por eso quiero organizar una de estas catas en casa.
Y el remate al fin de semana, fue la desbocación de compras de última hora del domingo. Por la mañana, estuvimos en la feria "Quants clicks" de Vilanova. Allí me hice entre otras cosas con el set 3154, ea ql rey nórdico con el pequeño príncipe. Mira que hacía años que lo veía en las tiendas y que quería comprarlo, pero por unas u otras no lo hacía hasta que lo descatalogaron.
Luego nos fuimos al centro, donde pude exigir que me quitaran el cepo de la camisa Jack & Jones que me regalaron Sara, Sonia, Maria José, Eva, Begoña, Maria Ángeles y Esteban. Allí presencié el momento que da título a este post. Una pareja de mediana edad compraron tres calzoncillos y tuvieron que pagar 100 euros... Dieciséis mil pesetas por tres calzoncillos... Eso sí, eran de Calvin Klein, pero no pude por menos que sorprenderme del precio.
Pero no quedó allí la cosa, ya que aprovechando el descuento de vídeojuegos del Carreful, me hice con el nuevo de Rayman Raving Rabbids y con el Mario All Stars, sobre todo para darle caña al Super Mario 3. Me lo tengo que volver a pasar entero. Es mi objetivo para 2011.
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