La cuenta atrás entra en su recta final. A estas horas de la semana que viene tendré la adrenalina disparada, con ese sentimiento de que se me está olvidando algo (como siempre). Por la tarde, tendré la sensación típica de por qué me tengo que meter yo en estos viajes, con lo tranquilo que estoy en mi casa. Sí, esa que se me pasa nada más poner el pie en el avión.
Este año será un poco diferente porque el 24 por la tarde, nada más salir del trabajo estaré prácticamente en el viaje ya. Encarni llega por la noche al Prat y allí empieza todo. No sé si dormiré la noche del 24 al 25, porque aunque no he escuchado recientemente noticias de caos en el Prat, sí que es normal que se produzcan colas. El año pasado me fui 3 horas antes del vuelo, y este año parecido o un poco más. Aunque abran la facturación 2 horas antes del vuelo, es mejor estar de los primeros en la cola para quitarse todos los trámites de enmedio e intentar conseguir un buen asiento. Vale que ya tenemos unos asientos reservados, pero si podemos mejorarlos, ¿por qué no? Además hay que llevar cuidado con el overbooking, que campa a sus anchas en verano.
No quiero pensarlo pero, ¡qué nervios ya! SFO aparece de nuevo en el horizonte, como durante aquellos primeros días de septiembre de 2007.
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